viernes, 30 de marzo de 2012

Con el tic-tac del reloj.

No cesa de sonar en mis oídos el tic-tac del reloj, que no cesa en su empeño de recordarme a cada segundo, que el tiempo pasa, que no se detiene, por nadie y para nadie. Dejando fluir la sangre por nuestras venas al tic-tac de nuestro corazón, que no deja de recordarnos que el amor que pasa ya no vuelve nunca más, sufro en cada latido de tu ausencia, muero en cada segundo de tu olvido. Que corran los segundos a tu oído, para decirte que te quiero, que muero en cada beso que no te doy, en cada mirada que no tengo tuya, en cada caricia que no siento de tus manos sobre mi piel. Mi corazón se acelera con el simple recuerdo de tu imagen.  Mi alma sufre con ese simple recuerdo. Y no dejo de escuchar en mis oídos, el maldito tic-tac del reloj, que me recuerda… que no te tengo.

                                                 Autor: Manuel Henestrosa de Antillón.

                                      Foto: Manuel Henestrosa de Antillón.