jueves, 24 de marzo de 2011

La libertad...





  La libertad de un caminante sin destino,

cuyos pasos son guiados por un sentir,
tan intimo, tan sincero, tan profundo,
que es difícil saber que siente, que
ameniza esa mente sin fronteras,
sin muros que derribar,
tan sólo con rincones oscuros,
que mejor dejarlos pasar.
Con el único anhelo de lo que vemos
en el horizonte, próximo y a la mano,
con esa sensación profunda,
honda y oscura,
tan inútil de explicar como complicado de entender.
Me gusta mirar su frente despejada y amplia,
sus ojos limpios,
infinitos
y muy dulces.
Tan dulces que te hacen olvidar el correr del tiempo,
caminando a su lado eres grande…
inmensamente grande y el camino pequeño.
Déjate llevar sin más…y sueña.

                            Manuel Henestrosa de Antillón.

3 comentarios:

  1. Parece tan fácil soñar de la mañera que lo describes...

    Los humanos lo complicamos todos, y hacemos difícil lo fácil... La foto me encantó, es una pasada de cielo, preciosos colores Manuel...

    Un abrazo!

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  2. Muchas gracias y otro abrazo para ti.

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  3. Somos nosotros solos, con alguna que otra pequeña ayuda exterior, los que nos vamos esclavizando, llegando a ser víctimas de nuestras propias cadenas, que no en pocas ocasiones, nos las colocamos de una manera totalmente voluntaria… Quizás con el final de todo podamos ser “libres”.

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